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Empezar el aprendizaje del idioma desde la infancia. Empezar antes es empezar mejor. Además de contar con una gran capacidad para absorber conocimiento, es la etapa en la que más fácilmente se adquiere una buena pronunciación. En general, en la infancia se interioriza el inglés de una forma más completa y se adquieren hábitos y competencias de comunicación idóneos para empaparse en el idioma.
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Utilizar una metodología y unos textos que sean adecuados para cada edad. Cada rango de edad tiene aptitudes, códigos, intereses y un contexto de aprendizaje totalmente distinto. Una metodología adaptada a estos condicionantes está a mitad de camino del éxito: consigue conectar con el alumno, interesarle y mejorar su rendimiento.
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Trabajar las 4 destrezas lingüísticas en las clases: comunicación y comprensión oral, lectura y escritura. Aprender inglés es un proceso complejo en el que intervienen distintas competencias que hay que trabajar de forma equilibrada en las clases. Esto permite al alumno tener una experiencia integral y gradual en el conocimiento del idioma.
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Integrar el inglés en la vida diaria: escuchar música, leer, ver películas y series… todo ello en inglés. Asimilamos todo lo que vivimos, y las nuevas tecnologías de comunicación e información permiten vivir el idioma en nuestra vida diaria, con grandes beneficios para el aprendizaje.
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Perder la vergüenza de hablar inglés en cualquier situación. Conversar en inglés fuera del aula, de una forma relajada, ya sea en conversaciones con amigos, indicaciones a un turista etc es sin duda una excelente forma de mejorar el idioma oral. Hay que perder el miedo a equivocarse y soltarse a hablar.
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Contar con profesorado nativo. Los profesores nativos aportan una transmisión directa del habla, las expresiones y los matices naturales del idioma. Para asimilarlo como propio, es importante que tanto en los niveles de niños, como de jóvenes y adultos, las destrezas de comunicación y comprensión oral sean impartidas por profesorado nativo.
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Conseguir los certificados acreditativos de los conocimientos según se vaya avanzando en el idioma. Certificados acreditativos como los títulos de Cambridge English Language Assesment abren muchas puertas al futuro, dado que están reconocidos a nivel internacional como prueba del nivel del idioma. Además, materializan los logros conseguidos, motivan para seguir progresando y preparan para superar mejor los siguientes niveles.
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Estudiar el idioma en un ambiente diferente al colegio, centro de estudios o trabajo. Para el máximo aprovechamiento de las capacidades, es muy importante formarse en un grupo con personas del mismo nivel, así como disponer de un entorno de relación exclusivamente en inglés y asociado a este idioma.
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En la elección de un centro, priorizar la calidad de la enseñanza antes que a la cercanía o similar. Más importante que la comodidad es tener la garantía de que en el centro se alcanzan buenos resultados y que su sistema de enseñanza favorece el rendimiento y aprendizaje individual, con una enseñanza amena e interesante.
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Concienciarse de la importancia de tener un nivel avanzado de inglés es vital para el futuro. Es una realidad que hoy se ha impuesto y que cada día se pone de mayor relevancia. Un nivel de First Certificate (B2) es el mínimo que hoy en día se exige en la mayoría de los casos, pero cada vez hay más instituciones, empresas y universidades que exigen un nivel de Advanced (C1), con lo que a futuro será el nivel mínimo deseable en la gran mayoría de los casos.